La caja registradora

Érase una vez un hombre en la periferia de Medellín, que era tan pobre, tan pobre que nisiquiera tenía con que comer. Era el más pobre del barrio. Un día, lamentándose de su suerte, apareció un enanito que le dijo:

 

-Buen hombre, he oído tus lamentaciones y voy a hacer que tu fortuna cambie. Toma esta caja  registradora; todos los día te dará dinero para comer.

El enanito desapareció sin más ni más y el hombre se llevó la casa registradora para su casa. Al día siguiente, ¡oh sorpresa!, encontró mucho dinero dentro de la caja. Lo guardó en su bolsillo y se fue para el centro a comprarse un mercado.

Al día siguiente, loco de alegría, encontró más plata. ¡Por fin la fortuna había entrado a su casa! Todos los días tenía más y más plata.

Fue así que poco a poco fue convirtiéndose en el hombre más rico del barrio.Pero una insensata avaricia hizo presa su corazón y pensó:

"¿Por qué esperar a que cada la caja registradora me de dinero? Mejor la desbarato  y descubro la mina que hay dentro de ella.

Y así lo hizo, pero en el interior de la caja registradora no encontró ninguna mina. A causa de la avaricia tan desmedida que tuvo, este tonto malogró la fortuna que tenía.